A pesar de los esfuerzos de los últimos años por parte de algunas instituciones y compañeros de profesión, el patrimonio funerario catalán es todavía desconocido. El objetivo principal de este artículo, es dar a conocer la iconografía de los ángeles en los cementerios catalanes y su evolución estilística entre los siglos XIX i XX.
Los cementerios catalanes están llenos d’e iconografía y simbología relacionada con las religiones, la cultura y los rituales funerarios de las civilizaciones que nos han precedido a lo largo de nuestra historia. Nos encontramos, en consecuencia, delante de una gran amalgama de estilos que presentarán una notable riqueza iconográfica que variará en función de la temática, influencias e inspiraciones de cada obra, pudiendo encontrarnos panteones de estilo neoegipcio, neorrománico, neogótico, neoclásico, modernista o ecléctico. Aunque cada estilo tiene su propio repertorio de imágenes, éstas, como símbolos, tienen un valor perenne y expresan la misma realidad y conducen a las mismas ideas independientemente de las formas utilizadas en su representación, que circunstancialmente dependerán del estilo y de la época de cada obra. En general, más allá de las representaciones del dolor y la pérdida, la iconografía funeraria se centra en la esperanza de una nueva vida fruto de la inmortalidad del alma. Podemos encontrar ejemplos de iconografía cristiana, como la cruz, el crismón o las representaciones de escenas de la pasión de Cristo, Santos o Virgenes. Por lo que se refiere a la iconografía pagana, son un buen ejemplo la muestra en los sarcófagos, la presencia de la muerte, tanto en solitario como acompañada de las diferentes edades de la vida, los animales, tanto terrenales como mitológicos, ourobores, conceptos abstractos como el tempus fugit, calaveras y un gran surtido de decoración variada, floral o grotesca.
En relación con la iconografía de los ángeles, éstos son tan presentes en los cementerios catalanes que visitar uno, es como tener una visión onírica del cielo. Los ángelse que nos encontramos tienen una función protectora, actuando a menudo como enlace entre el mundo celestial y el mundo terrenal. con el tiempo, éstos ángeles dejarán de ser protectores y acontecerán figuras mucho más introspectivas, una evolución que refleja un cambio en la actitud social de la época en relación a la muerte. Paralelamente, las influéncias tanto del Prerrafaelitismo inglés como del Simbolismo conducirán a los ángeles a una progresiva perdida de sus alas para pasar a ser representates como a mujeres que simbolizarán conceptos más abstractos y etéreos como la melancolía, el desconsuelo o la resignación.
Los ángeles están esculpidos mayoritariamente en mármol, ya sea como figuras exentas o en relieve. El atributo que más les caracteriza son sus grandes alas, esculpidas también en mármol o en bronce y que podrían ser representadas de una manera más o menos idealizada, aunque habitualmente estaban inspiradas y se utilizaban como modelo las de diferentes tipos de aves. Excepcionalmente lo encontramos en la sepultura de Aurelia Joseph (1901), realizada por el escultor Josep Campeny, quién llevó a termino unas alas inspiradas en las de los espiademonios, que a la vez nos recuerdan las de las hadas, seres imaginarios a los que, como los ángeles, se les atribuye la función de intermediarios y benefactores.
Los ángeles van vestidos con largas túnicas, a menudo combinadas con un cordel en la cintura, o con vestimentas sacerdotales como las capas o las dalmáticas. Se les solía representar, al menos hasta que no se produjo la nombrada transmutación, a figuras femeninas más alegóricas y conceptuales, como a hombres adolescentes, descalzos, con mirada serena, el cabello curto y sin nimbe circular. En las manos acostumbran a llevar elementos simbólicos distintivos que nos comunican su función.
En los cementerios catalanes podemos encontrar diversos modelos iconográficos angelicales. Los ángeles custodios y protectores, son aquellos que protegen los panteones y son representados de manera herética y con expresión seria. Dentro de esta categoría de ángeles protectores podemos encontrar la representación del Arcángel San Miguel, la cabeza de la milicia celeste, que viste con armadura y espada. Su función en los cementerios es protectora, aunque también lo podemos ver pesando las almas en el judicio final. Son un buen ejemplo “El Ángel Custodi”(1895) de Josep Llimona del Cementerio de Comillas o el de la tumba de Miguel Moragas (1896) de Ventura Hermanos en el Cementerio de Montjuïc. Los ángeles trompeteros son ángeles anunciadores, en alusión al anuncio del juicio final descrito por San Mateo en su evangelio. Podemos ver un excelente modelo en la emblemática entrada del Cementerio de Poblenou coronada por un ángel (1866) de este tipo realizado por Agapit Vallmitjana. En Cataluña, estas figuras que esperan el juicio final son representadas con una expresión tranquila y calmada, a diferencia de los ángeles que encontramos sobretodo en Italia que transmiten cierto movimiento y teatralizan. Los putti o cupidos, muy comunes en el Renacimiento, pueden simbolizar tanto le amor como la promesa de una nueva vida en el más allá. Una buena prueba de ello, lo muestra el putti que se encuentra en el Panteón de Salvador Vidal, esculpido por Venanci Vallmitjana, en el Cementerio de Sant Feliu de Guíxols.
Los ángeles que más movimiento y vida dan a los cementerios, son los psicopompos. Su función es guiar las almas hacia el cielo y por eso se les representa sosteniendo el alma del difunto mientras se encargan de trasladarla hacia el más allá, hacia una nueva vida. Encontramos un magnífico ejemplo en el Panteón de la familia Pala Ferrer, en el Cementerio de Montjuïc, realizado por Miquel Font, quién se basó en un modeol de Federico Fabiani del Cimitero Monumentale Staglieno de Génova.
Podemos encontrar también ángeles escultores que esculpen relieves o epitafios, como en el caso del ángel del Panteón Carbó (1905) d’Eusebi Arnau y Bechini del Cementerio de Montjuïc; ángeles orantes que rezan por nuestros difuntos, como el de Hipogeu Durall y Carreras ( 1903-1904) del Cementerio de Lloret de Mar; ángeles guía que nos indican el camino hacia el cielo, como el del Panteón de la familia Palay y Gaudier (1889) de Josep Campeny en el Cementerio de Sant Gervasi; ángeles llorones o ángeles que nos piden que guardemos silencio.
Para terminar, tal como ya hemos dicho, los ángeles presentan una evolución estilística peculiar a consecuencia de la influencia del Simbolismo ingles y el Prerafaelismo. Progresivamente se empiezan a representar con cuerpo de mujer, como el ángel del Panteón Buhigas (1905) del Cementerio de Montjuïc realizado por Federico Bechini, para finalmente perder definitivamente sus alas. Su función como ángeles, desaparecerá precisamente como consecuencia de la pérdida de este atributo. Por este motivo veremos como les cogen progresivamente el relevo las representaciones de figuras femeninas que simbolizarán conceptos más abstractos como la piedad, la resignación, la melancolía o el dolor. A tal ejemplo se puede destacar el Panteón Casas de Vilanova(1903) de Josep Llimona del Cementerio de Montjuïc, “El espíritu desprendiéndose de la materia” de Enric Clarasó que se encuentra en el Panteón Leal Da Rosa (1903) del Cementerio de Montjuïc, o “El dolor” de Enric Clarasó en la sepultura Ernest Niquet (1895) también del Cementerio de Montjuïc.
Este artículo está basado en el articulo “El ángel de la muerte: un análisis al entorno de la escultura funeraria del Modernismo” escrito conjuntamente por quien escribe estas líneas, Montserrat Oliva Andrés, y la doctora Mireia Freixa, publicado en la obra “Modern sculpture and the question of status”, editada por la Universitat de Barcelona y GRACMON. También fue publicado en exclusiva en el segundo boletín del ICRE.
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